Sunday, August 31, 2008

"Panzerschule", ponga un tanque T-55 en su vida


(Vuestro ínclito Odiseo se largó estas vacaciones a aprender a conducir un tanque de 34 toneladas. He aquí la experiencia.)


“¡Gire a la izquierda! ¡Recto! ¡A la derecha! ¡Gas!”. Los rugidos con acento “ossi” (alemán del este) llegan a los oídos con estruendo desde los micrófonos incorporados al casco de combate. Una prenda que, a juzgar de su olor, podría haber sido testigo de muchas de las batallas silenciosas de la Guerra Fría. En cualquier caso un pasamontañas de algodón negro protegerá al “piloto” de su sospechoso contacto.
Los pedales, por cierto, son exactamente igual a los de un utilitario convencional. Pero lo que se maneja con dos enormes palancas y envuelve al conductor como un espacioso ataúd son las más de 34 toneladas de acero y 523 caballos de potencia de uno de los míticos carros de combate soviéticos T-55. Y todo ello tras un curso acelerado de exactamente cinco minutos, con la posterior recepción de un “carné de conducir tanques” de 6,45 metros de largo y 3,37 de ancho -48 kilómetros por hora en carretera-, de manos de una de los doce empleados de la empresa, Ute Frischmuth..
A través de las dos minúsculas rendijas de vidrio amarillento, si se tiene tiempo de mirar mientras se lucha con las palancas y las atronadoras órdenes del instructor que viaja en la torreta, se podrá observar una masa de barro, tierra y árboles, vista parcial de las 8,5 hectáreas de esta suerte de parque de atracciones de los carros de combate del desaparecido Pacto de Varsovia. Y todo ello difícil de encontrar en el laberinto de pequeñas carreteras encerradas en los bosques de Fürstenwalde, en el “Land” (estado) de Brandemburgo.
Uno de sus hermanos fundadores, Axel Heyse, ex conductor de tanques del “Ejército Nacional” de la ex República Democrática de Alemania (RDA), confirmará luego a EL MUNDO que la “Panzerschule” (escuela de tanques) de Beerfelde es la única de este tipo que existe en el mundo. “Y viene gente de todo el mundo, de todo tipo. Esto no tienen nada que ver con guerras, son emociones fuertes y la gente se marcha encantada”, añadirá.
Pero como todas las “emociones fuertes” en los albores del siglo XXI, ésta tiene un precio, exactamente 159 euros por una media hora. Diez más por cada acompañante que quiera ir instalado en la torreta observando las maniobras. La posibilidad de grabarlas en DVD es un extra, y Axel controla hoy desde la escueta cabaña de recepción todas las cámaras del campo de juegos bélicos que lo permiten. A disposición del cliente se encuentran un total de siete carros de combate T-55 y blindados de fabricación yugoslava BMP para el transporte de tropas.
Tras haber leído previamente las características técnicas de ambos vehículos, sorprende al echar una mirada hacia atrás en el T55 que en ese agujero de chatarra cupieran cuatro tripulantes. La escueta madriguera del piloto parece incluso privilegiada.
Bajo la lluvia que castiga estos días a la región y su “isla-estado” de Berlín el trasiego diario en la “Panzerschule” es constante, bajo cita previa y lista de espera de hasta un mes. En el campo hoy circulan sólo un ejemplar del carro diseñado por el soviético Morozov y rematado por su colega Kartsev y que se fabricó entre 1955 y 1979, y un blindado de protección BMP –“algo más ligero y rápido”, afirma Frischmuth- con sus sólo 13,5 toneladas de peso.
Sobre el T-55 con emblemas militares soviéticos, en el circuito se ve a una joven con casco, Hanne, agarrada a la torreta como puede ante los saltos de la mole mecánica. “Es mi novio el que lo llevaba”, contará luego. “Era su cumpleaños y probar esto era su gran deseo, así que aquí estamos con mi regalo”, añade mientras recibe el DVD de recuerdo de sus cabriolas.
Tras la experiencia, Axel cuenta entre la gente que viene a su escuela ve dos “grupos diferenciados”: “los que nunca han tenido ninguna experiencia militar y los que sí fueron uniformados”. E incluso en esta última división ve tres grupos, “los que un día los condujeron en el ejército, quienes los tuvieron enfrente como enemigos y quieren verlos de cerca, y los militares de hoy que desean probar la sensación de un tanque clásico sin elementos electrónicos”, aclara.
Odiseo.


DESPIECE: “Los tanques no se compran en tiendas”

La empresa que fundó Axel Heyse junto a su hermano y también ex militar de la RDA Jörg florece en pleno este de Alemania a pocos kilómetros de la frontera polaca. Según sus propios datos reciben a unas 10.000 personas cada año. Al principio les llegaron a acusar de tratar de revivir las dos Alemanias e incluso de exaltar el militarismo. Hoy está olvidado y la máquina registradora trabaja a pleno rendimiento.
La pregunta es cómo empezó todo. Y la respuesta es que aunque la escuela se fundó hace cuatro años, arrancó durante un viaje de los dos hermanos a Praga unos años antes. Allí descubrieron a punto de ser fundido el cadáver de un T-55. Tras varias peripecias lograron importarlo a Alemania y lo restauraron. Su uso en una fiesta popular local les hizo recibir muchas llamadas de toda Alemania de gente deseosa de probarlo. Y la idea llegó. “Los tanques no se compran en tiendas, claro. Los buscamos por piezas en todo el mundo y los reconstruimos”, cuenta Axel.
La única exigencia de las autoridades germanas fue que el material blindado de los carros, de 200 milímetros en la parte frontal de los T-55 y de 80 en los BMP, debía desaparecer junto a las armas. Así dejarían de ser consideradas “armas de guerra”.
Poco después, y al abandonar la “Panzerschule” con el recuerdo en la pituitaria del diésel quemado por aquellos monstruos de metal, a poco más de un kilómetro de las instalaciones, en el camino de tierra que conecta con la carretera y el pueblo de Beerfelde, se observarán en un almacén cerrado los restos de un tanque con su cañón incluido.
Odiseo.

Monday, August 11, 2008

Sindicalista "gratis total"


(Dieter Wettingen nos envía esta entrada que también se quedó en el jet-lag).


Si la mujer del gobernante “no debe ni siquiera estar bajo sospecha”, como escribía Plutarco en su biografía del asesinado Julio César, ¿qué decir del propio emperador? El jefe del poderoso sindicato alemán Verdi y miembro del consejo de vigilancia de Lufthansa, Frank Bsirske, se ha lanzado de lleno en el ojo de huracán después de olvidar la máxima del historiador romano.
Pocos días antes de lanzar la semana pasada a los 52.000 empleados de la compañía aérea germana a una huelga para exigir un incremento salarial del 9,8%, Bsirske se marchaba de vacaciones con su esposa, primero a Los Angeles y luego a los Mares del Sur. El escándalo es que los billetes eran de primera clase y los pagó íntegramente Lufthansa.
La liebre saltaba en el popular diario “Bild” y durante el fin de semana las críticas e incluso la exigencia de dimisión han aflorado desde la Unión Cristianodemócrata (CDU) en el Gobierno, el Partido Liberal (FDP) y el propio sindicato Verdi. Pese a que el viernes se alcanzaba un principio de acuerdo entre Verdi y Lufthansa que ponía fin a los paros, la compañía anunciaba que al menos 130 vuelos fueron anulados durante la jornada de ayer a causa de numerosas naves que tenían retrasos en su revisión por la huelga.
El periódico alemán de mayor tirada en Europa recogía ayer las explicaciones del sindicalista, quien reconoce que “cometió un error” al “subestimar la importancia de ese vuelo en la opinión pública”. En sus páginas Bsirske aclara que como miembro del consejo de vigilancia de Lufthansa tiene derecho a billetes financiados por la compañía. Sin embargo admitía la inoportunidad de su uso y anunció que ya ha pedido que se le pase la factura de los distintos vuelos.
Los conservadores y liberales han pedido directamente su renuncia. Desde la CDU su secretaria general Christine Haderthauert denunciaba en el periódico “Die Welt” que los que “apuntan hacia arriba con su dedo moralista deberían mantener sus manos fuera de la desvergüenza”. El FDP, por boca de Rainer Brüderle, miembro de la Presidencia del partido, lanzaba una descarga directa: “Las pequeñas gentes de Verdi se ponen con sus banderas bloqueando las puertas mientras su jefe actúa como un cacique”.
Las voces contrariadas se han escuchado incluso desde las filas del sindicato. Un miembro de la delegación de Verdi en Baviera, Michael Wendl, denunciaba en “Der Spiegel” la “falta de instinto político de base” de Bsirske al viajar gratis justo antes de iniciarse la huelga. “Demuestra que intenta acercarse y pertenecer a los altos ejecutivos en lugar de mantener la oreja atenta a la base”, insiste el sindicalista del sur.
Mientras tanto, y cuando todavía los efectos de la huelga de Verdi de la semana pasada se notaban ayer, Lufthansa ve abrirse un nuevo frente en los pilotos, quienes anuncian distintos paros estos días al tiempo que existen tener a sus propios representantes en el comité de empresa.
La huelga convocada por los empleados de Lufthansa duró desde el lunes hasta el viernes pasado y finalmente fue desconvocada tras mejorar la empresa su oferta. Inicialmente Verdi exigió el 9,8% de incremento frente al 6,7 que ofrecía la aerolínea. La subida pactada en principio es del 7,4%, pagaderos en un plazo de 21 meses.

Odiseo.

Tuesday, June 24, 2008

La bella y la bestia del ring


(Nota: de nuevo el marinero Dieter Wettingen requiere a Odiseo espacio y éste se lo concede encantado. Aviso para navegantes, esta pieza de Christine Theiss no fue publicada donde debía porque alguien tremendamente eficaz no encontró foto. Y eso que la aludida es bicampeona del mundo de Kickboxing, única profesional en Alemania, médico y modelo en sus ratos libres. Y como no hay foto, el ínclito Odiseo cuelga dos).

"En la teoría y en la práctica, la alemana Christine Theiss podría partirle la cabeza casi a cualquier hombre o mujer que se le pusiera delante. Más tarde, la bicampeona del mundo de Kickboxing femenino descolgaría de la pared su flamante diploma de médico y curaría profesionalmente al infeliz. Es más, en caso de que el paciente vapuleado fuera un varón heterosexual, incluso le podría quitar el hipo prestándole durante la convalecencia alguna revista de moda donde ella aparece luciendo una colección de bañadores junto a una idílica piscina.
El pasado 31 de mayo esta mujer de 28 años, 1,75 de altura y por debajo de los 60 kilos renovaba su título planetario ante la griega Maria Konstanelou. “Como esperaba, el combate fue más duro de lo esperado. No podía estar ni un segundo desconcentrada ya que mi rival aprovechaba cada error para golpearme duro con su derecha”, narra en su página web. Finalmente, tras 10 “rounds”, ganaba 3-0 y mantenía en su poder el “cinturón de oro”.
Para uno de sus entrenadores, Pavlica Steko, “Chrissi” es “brutalmente ambiciosa y activa”. Ella misma, la única mujer profesional alemana en esta especialidad de lucha, no lo niega y por ello admite que busca ser conocida dentro y fuera de los cuadriláteros, lo que significa no sólo dinero para seguir luchando, sino también “seguridad”.
En el último año y tras ganar su primer campeonato en 2007 ante la galesa Rachel Kirkhouse, Theiss se ha convertido en un rostro habitual de la televisión alemana. El título mundial y un extenso reportaje fotográfico luciendo escuetos biquinis en la edición estadounidense de la revista masculina “Maxim” le abrieron las puertas de la fama.
Esta suerte de “la bella y la bestia” que afirma que “en el ring no hay conversaciones posibles” ha paseado su espectacular palmito por programas de gran audiencia como “TV Total” (Pro 7), dirigido por Stefan Raab, donde fue capaz de quitarse de la cabeza una manzana con el pie. Todo ello sin que cayera al suelo. Igualmente, con Günther Jauchs en “Stern TV” se convirtió en directo en una especie de vendedora de los productos de su espónsor, un fabricante de medias y accesorios.
Aunque nació en 1980 en Greiz (Turingia), Theiss por dentro se siente bávara ya que con tres años sus padres se mudaron a las verdes colinas de Bayreuth, sede del Festival de Ópera Wagner. Quizás por ello el compositor alemán sonaba habitualmente en casa de su padre, el médico Wolfgang Hennig, y un grupo de rock duro local, “Cornamusa” le ha escrito su propio himno inspirado en “La Cabalgata de las Valkirias” que se puede escuchar al entrar en la página que le dedican sus “fans”.
Exactamente con siete años empezó a practicar el Kickboxing junto a su hermano Ludwig y actualmente entrena dos veces al día, seis veces a la semana. Durante los combates, “mientras la adrenalina está en mi sangre todo me es igual y apenas noto los golpes”, afirma. “Es a la mañana siguiente cuando siento los impactos. Me ducho, me miro en el espejo y me maquillo. ¡Fin!”, añade.
Antes de acabar sus estudios de Medicina en 2007 ya se había proclamado dos años antes campeona del mundo amateur de la especialidad. Sin embargo, pese a que ser “doctora” le divierte, asegura que hasta que termine su carrera como profesional del Kickboxing mantendrá esa faceta “congelada”. De hecho para encontrar su última derrota hay que remontarse a hace tres años, cuando acabó con la nariz rota.
Casada con un médico y “compartiendo” su vida con dos conejos enanos, “Vroni” y “Fridolin”, Christine Theiss admite que no tiene mucho tiempo para “hobbies”. Pese a ello toca el piano cuando tiene tiempo y, según ella, no lo hace mal".
Dieter Wettingen.

Sunday, June 08, 2008

"Sonora", historia de un saxofón



De blog en blog y tiro porque me toca, vuestro fatigado Odiseo regresa a éste su viejo espacio privado para narrar una de esas casualidades que suelen provocar a unos una sonrisa y otros indicaciones de un cierto destino preescrito. Témome del primer grupo. Nuestra entrada de hoy, querido e insustituible lector inexistente, va de Música y de cierto instrumento. Y mientras pongo proa a cierta isla del Mare Nostrum a alventar mis neuronas voy a confesarte que este marinero siempre ha sentido una frustración de las gordas: tocar bien un instrumento de música. Piezas de Bach (¡olé Pau Casals!) y Pink Floyd me hacen flotar en el mismo espacio en el que charla Miles Davis o se rompe John Coltrane y los Rolling Stones pasaban por ahí. Hola Joaquín Sabina, pongamos que hablo de Leonard Cohen; saludos Herr Beethoven, qué buenas sus jodidas sonatas tocadas por maese Glenn Gould. Como oyente creo haber alcanzado grandes cotas de placer con todos ellos, pero jamás nadie me enseñó a leer un pentagrama. ¿Cómo? Ahora me entero de que cada alemán lo aprende en el colegio al tiempo que sumar, juraría que en Ítaca alguien debería decir algo. Bien, ofrecidos unos trazos de mi fracasada relación con la Música como ejecutante, aclararé que se afirma que vine a este planeta con cierto buen oído y a día de hoy aún soy capaz de tocar algo coherente en una flauta y una guitarra, gracias a aquel profesor (“Don” José, si no me falla la memoria, un abrazo Maestro si sigue usted entre nosotros) al que formar una especie de rondalla de inútiles con aras de credibilidad fue uno de sus logros junto a unas clases de ¿Física? hoy diluidas con el tiempo. Para quien haya llegado hasta aquí diré sin bostezar diré por fin que de lo que quería realmente hablar es de un saxofón alto. Se llama “Sonora” y lo fabricó un tal Gebruder Monnig – OskarAdler&amp Co. en la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), al otro lado del Telón de Acero. Evidentemente voló con el Muro, no pudo competir con los productos mucho más baratos de Occidente. Cuenta Frau Schick que tienen buena fama de efectivos y que siguen siendo baratos. Éste que tratamos hoy en concreto se cruzó conmigo una temporada de mierda en lo personal y de oscuridad total en lo personal. Después de tres horas encerrado en el idioma de Goethe caminaba quien suscribe por el centro de Madrid y vio uno en un escaparate en oferta. Con las neuronas en aviso de naufragio había decidido que era hora de intentarlo, y que en el peor de los casos quedaría bien en medio de mis cachivaches habituales. Subí, lo pedí ver y el propio vendedor me hizo un examen. Primerizo, ni puta idea…, y me trajo “otro” más barato, “estupendo para empezar”. Nos enamoramos y desde entonces no nos hemos separado. Lo intenté, una y otra vez, semestre sí, semestre no. Y ahora precisamente, entre entrada y entrada al Cuaderno de Bitácora, lo he conseguido hacer sonar, que parece que es lo más jodido, doy fe. La curiosidad, apreciado oxígeno que me envuelve, es que me ha seguido también a tierras del Este en mi viaje sin pausa. Y mira por donde ha vuelto a “casa”, ya que ambos nos hospedamos en el antiguo Este de Berlín, a tiro de piedra de lo que queda del Muro. Y empieza a sonar con dignidad, allá la canción de Casablanca, aquí un Himno de Riego con todo respeto y ahí un intento de Coltrane de una melodía que me ha venido a mi cabeza de trapo y no la localizo. En fin, que siga la Música aunque cualquier novedad brille desde hace años por su ausencia. Lo comercial lo ha digerido todo. En fin, algo llegará en algún momento, Insha´la.
Odiseo.

Saturday, April 19, 2008

Willkommen E-Book!


Hoy nos ponemos pro-tecnológicos, aviso para incautos. ¡El libro electrónico!, sin duda el mejor invento desde el maldito “áipod” de 40 gigas, donde podías llevarte a la luna tu millar de discos recuerdo de casi décadas digitalizados en cómodos archivos mp3. Pero ésta no es una revista del gremio de los bytes ni vuestro Odiseo se deja apabullar por el “tsunami” de cachivaches electrónicos que nos invade. Loor a lo práctico y revolucionario, estulticia para las anuales “mejoras” imprescindibles. Es decir, para qué un móvil con cámara, con reproductor de Mp3, conectado a internet y capaz de reproducir películas… ¿Puedo pedir un teléfono con manufacturador de felatio o rebañador de triángulos venusianos (en fin, ésta sería una idea muy interesante, ¿no?)? ¡El libro!, que se me va la pinza. Bien, el llamado libro electrónico o e-book llamó mi atención desde el primer momento, porque seamos sinceros. En algún momento tiene que salir un sustituto del papel, no va a haber árboles suficientes para tanta carta de amor y tanto libelo, por poner ejemplos. Ergo, el futuro. Por ello, anduve días leyendo artículos sesudos y no tanto sobre el tema y me decidí. A los dos días la tenía en mis manos, y lo confieso, el primer momento fue de estupor y decepción ante aquella lámina de plástico negro de apenas unos milímetros de grosor y tamaño libro de bolsillo medio. Se enciende y ¡plaf! Observo algunos libros clásicos sin derechos de autor metidos de muestra, e incluso "demos" de grandes piezas literarias de hipermercado. Pero, sencillamente, este marinero de agua dulce admite su admiración ante esta nueva tecnología conocida como "tinta electrónica" y que ha permitido la concepción de tamaños engendros del mañana, nada que ver con la fatigosa pantalla de un ordenador convencional. La sensación en este "Cybook" (no quería hacer publicidad, pero) es de estar leyendo sobre un auténtico papel de ciertas reminiscencias recicladas. Y tras la lectura de un pequeño relato del simpar Howard P. Lovecraft, cual experimento, confirmar que se lee como una página, pese a que desconozco si hay efectos secundarios sobre las neuronas, aunque también la fabada los tiene, cabe decir. El manejo es tan fácil como pasar las páginas de un libro, pero sin el sabor, lo sé. El único problema es hacerse con los formatos digitales, ya que hay uno específico (que comparten casi todas las marcas) para libros electrónicos, pero acepta PDF y TXT con pequeños retoques necesarios (tamaño de letra, zum Beispiel). De momento diré que el libro electrónico puede hacer las funciones de consolador, pero no sustituir al delicioso objeto de crujiente papel y lleno de palabras e ideas (no todos, lo sé). Pero es una opción. Y para este navegante infatigable en busca de mi lejana Ítaca, sin prisa y con pausas, el que exista esa inconmensurable Megabiblioteca llamada Internet, con millones de obras clásicas digitalizadas y a la espera de un cerebro cualquiera, mi libro electrónico me va a servir por ejemplo para consultar mis libros que andan exiliados en un lugar de la Alcarria de cuyo nombre no quiero acordarme. A distancia y en pocos segundos. Y todo ello desde mi barco, al Este del Rin y entre tierras cada día menos desconocidas. O para empollar "ése" libro imprescindible para el que nunca tuve tiempo. Ahora puede haber una oportunidad. Como resumen diré que Odiseo lleva ahora parte de su biblioteca en su ordenador, esa biblioteca que se esparce por varios países de la Unión Europea y que no quiere decir “basta”. En fin, alea jacta est y que nos quiten lo bailao. Ahora allá la curiosidad de cada cual.
Odiseo.

Sunday, April 13, 2008

Alba


Mi estimada Alba (albalearning.com), tengo que confesarte que en mi periplo intemporal por el inacabable Pontos te descubrí casualmente. Y desde entonces tu voz me ha acompañado en muchos aeropuertos, trenes, tediosas esperas e incluso antes de desconectar el cerebro algunas noches. Y todo ello a ese gran invento llamado llave USB con reproductor de MP3, claro está. Este devorador de mares y libros, cuya acumulación de estos comienza a perseguirle por varios estados de la Unión Europea, redescubrió un buen día gracias a tu voz –insistes una y otra vez- de Ítaca que ¡por supuesto! Se puede saborear un buen relato o incluso grandes obras leídos por otra persona. Bien leídos, añado y subrayo, quizás hasta sea un gran arte. Tus clásicos y El Quijote declamado por ese gran actor (desconozco su nombre, lo lamento) de radio que circula por internet y creo subvenciona el Gobierno de Aragón han llenado horas de la Nada más espesa y ya sois parte de mi imaginario, os advierte el eterno viajero Odiseo. Mi simpar computadora investiga este fenómeno de los Audiolibros mientras mi cerebro busca ejemplos de este noble arte de leer a otra persona. Su venta en países como Alemania asombra y sus chiringuitos mediáticos ocupan una parte importante de la Feria del Libro de Fráncfort. En Ítaca, sin embargo, son prácticamente invisibles en las tiendas ad hoc, la gente no los conoce. Pero inmateriales amigos, la figura del lector y la del cuentacuentos viaja por la literatura de la vida desde las primeras frases al amor de la lumbre y con las lanzas de sílex preparadas en caso de ataque. Yo mismo la utilicé en un viejo relato (lo releo mientras escribo al vaivén de las olas). Y supongo que mi madre me leyó al igual que lee hoy a sus nietos y mi hermano a estos sus hijos. También recuerdo un viejo hábito perdido en el que mi vieja compañera de la península y este marinero incontinente se leían con bastante profesionalidad trozos de libros que les gustaban, sin orden ni concierto. En fin, querida Alba, que sólo quería darte las gracias por lo que haces desde tu página web. Y espero que, si tú lo deseas, la mercadotecnia del tema llame pronto a tu timbre.
Posdata: Un abrazo también para la voz de El Quijote, sea quien sea.
Odiseo.

Monday, March 31, 2008

Marco Weiss


(De nuevo recurre el marinero Dieter Wettingen a esta Nada cibernética. En esta ocasión se recupera un texto de hace meses que quedó traspapelado en un mar de desinterés. La historia recupera actualidad ya que el personaje central, el adolescente alemán Marco Weiss, va a comenzar a ser estos días juzgado en Gran Bretaña. Por si le sirve a alguien.

Odiseo)


Marco Weiss, de 17 años, nunca dejará de lamentar esa noche de abril de 2007 en la que conoció a Charlotte M. en una discoteca-terraza de la localidad costera de Side, en la Anatolia turca, en plenas vacaciones de Pascua, y se gustaron.
Tres días después, el alemán, en compañía de otro amigo, era invitado por la británica y su hermana a subir a la habitación de su hotel. La cosa acabó en besos con sabor a mar y la brusca irrupción de la madre de la presunta adolescente, que montó un escándalo mayúsculo.
La embarazosa situación, que debía terminar en la consabida ensalada de gritos y lágrimas adobada de un buen recuerdo adolescente, acabó con Marco esposado en un coche patrulla de la policía turca y camino de una prisión, donde desde hace seis meses comparte celda, ducha y excusado con otros 25 presos, entre ellos violadores y asesinos confesos.
La acusación, implacable: abusos sexuales reiterados de una menor. Charlotte no tenía 15 años, como aseguró a Marco en el bar, sino 13. Y la madre de la preadolescente está dispuesta a llegar al final, pese a que durante meses el caso del joven alemán ha envenenado las relaciones entre Berlín y Ankara, ya de por sí tensas por el recelo de los conservadores de la “gran coalición” junto a los socialdemócratas a un posible ingreso de Turquía en la Unión Europea (UE).
El culebrón de Marco Weiss -un joven “normal de 17 años”, según sus vecinos-, que durante todo este tiempo ha regresado una y otra vez a las páginas de la prensa alemana con la imagen carcelaria arquetipo del joven, rapado al cero y serio, junto a fotos anteriores a su fatídica escapada con amigos a Turquía, parece tocar a su fin.
Los tres abogados alemanes del estudiante, procedentes como él de la localidad de Uelzen (estado de Baja Sajonia), han anunciado de manera efectista que abandonan su defensa dado que la liberación es inminente, según asegura esta semana uno de ellos, Jürgen Schmidt, al diario “Die Welt”. El caso habría quedado en manos de un letrado local.
Según los abogados, las acusaciones habrían quedado invalidadas ante las “mentiras” del representante legal de la familia de Charlotte, Ömer Aycan, quien ante los reiterados requerimientos del juez durante estos meses aseguró que la joven ya había prestado declaración el 28 de septiembre en su país de origen, confirmando asimismo los delitos que se le imputaban a Marco.
Sin embargo, Aycan presentó una documentación falsa y por ello los letrados consideran que el próximo juicio no llegará a celebrarse y que la excarcelación se producirá inmediatamente. “Deseamos a Marco y a su familia un rápido fin de esta pesadilla”, declaran los abogados. La Fiscalía turca solicitaba hasta ocho años de prisión para el alemán.
Desde el primer día Marco sostiene que Charlotte, su hermana, un amigo de ésta y él mismo subieron aquel día a la habitación y que fue la británica “quien me besó primero, pero no llegamos a tener relaciones sexuales”. Un examen ginecológico confirmó que la joven sigue siendo virgen, pero la madre se negó a retirar la acusación.
El Gobierno de Angela Merkel ha solicitado en varias ocasiones a Ankara que excarcele al menor, pero el Ejecutivo de Ankara, por boca de su ministro de Exteriores, Abdula Gul, ha respondido una y otra vez que no pueden ni quieren inmiscuirse en un proceso legal: “Se hará todo para que el joven tenga un proceso justo”.
La familia del estudiante detenido llegaron a denunciar el “mal estado físico y psicológico” de Marco en el interior de la prisión de Anatolia, pero el propio joven desmentía esas declaraciones asegurando a la prensa que “lo único difícil” es tener que compartir el baño y la ducha con tantos presos.
En este tiempo el caso de Marco Weiss ha desatado incluso la solidaridad ciudadana y un grupo de personas ha recaudado varios miles de euros para ayudar a la familia a pagar el coste de los abogados.
El pasado mes de agosto la agencia de noticias alemana Dpa distribuía una carta de Marco escrita a Charlotte y que se había hecho llegar al abogado defensor de la menor británica. En ella el alemán pedía a la joven que pidiera a su madre la retirada de las acusaciones.
“Querida Charlotte, no sé por qué me has llevado a esta situación. Me caes muy, muy bien y tenía autenticos sentimientos por ti y me gustaría mantener el contacto”, señala Marco en la misiva. Tras señalar que ella sabe lo que realmente pasó, le informa de que hecha de menos su vida normal, “y no entiendo qué he hecho mal. Yo no sabía que tenías 13 años”.
Pocos días después el abogado de Charlotte, Aycan, declaraba al diario berlinés “B. Z.” que “en ningún caso respondería a la carta y tachaba las letras de Marco de “impías”.

D. W.